lunes, 27 de febrero de 2012
EL VIENTO SOPLA EN TODAS DIRECCIONES
De nuevo, de vuelta de otras jornadas relacionadas con la seguridad vial, me pongo manos a la obra para escribir sobre la reciente experiencia. Tengo mis ideas más o menos claras sobre lo que quiero comunicar, cuando caigo en la cuenta de que llevo cuatro días sin escuchar las noticias; todo un sacrilegio si tenemos en cuenta como está la cosa en nuestra España, es casi la hora, así que enciendo la caja tonta y antes de transcurridos cinco minutos están con los titulares “ fin de semana trágico en las carreteras Españolas, quince personas han perdido la vida durante el fin se semana en accidentes de tráfico” La noticia me desarma por completo y olvido al instante cualquier idea preconcebida; quince personas por Dios, hijos que pierden a sus padres, padres a sus hijos, esposos a sus esposas, hermanos a sus hermanos. Ilusiones truncadas, dolor, llanto, dolor, quince vidas perdidas, quince familias destrozadas, acaso nunca terminará esto.
Como dice la canción en su día dedicada a los mineros “Quien diría nos pillara por sorpresa la tragedia repetida”
En estos días se habla mucho del estado de bienestar social, algo que es verdaderamente importante, pero, ¿Porqué se nos olvida cuando nos ponemos al volante? de que nos sirve todo el bienestar del mundo si después nos lo vamos a dejar en la carretera.
Me viene a la memoria un día, que charlando con un amigo, al que yo intentaba convencer de lo contrario, me decía “yo no me pongo el cinturón porque con eso no le hago daño a nadie; si me pasa algo es a mí solo”. Pero hasta qué grado de estupidez podemos llegar a tener el ser humano ¡dime querido amigo! tu hijo ya es mayor, ¿también te da igual que él no se ponga el cinturón? o pretendes que sí se lo ponga a pesar de haberle dado un mal ejemplo. Has sido su modelo, cómo cambiarlo ahora.
La educación vial, como todo, debe comenzar en nuestros hogares, si no, todo esfuerzo será en vano; lo que me recuerda que quería comentar en este artículo. En el I encuentro Andaluz de Educación Vial celebrado en Chipiona se ha puesto de manifiesto, una vez más, que los profesionales apuestan por la Educación desde los primeros años de vida del ser humano como principal medio para eliminar los accidentes de tráfico, pero a mi juicio también se ha observado que los caminos que tomamos son muy diferentes, que cada uno hacemos un poco la guerra por nuestra cuenta; todos tenemos el mismo objetivo final, eso es cierto, pero…
Esto no es una crítica a los que se dedican a la educación vial, al contrario, chapó por ellos que se las ingenian cómo pueden para sacar recursos: marionetas, multas de la vergüenza, salidas por la ciudad, sillas de ruedas, prácticas en los PIT, etc. Son fruto de mucho trabajo y esfuerzo en la mayoría de las ocasiones sacado del propio tiempo libre, pero, os imagináis si todos pudiéramos contar con los mismos recursos y medios materiales, que nuestro esfuerzo fuera única y exclusivamente en enseñar y concienciar y no en buscarnos la vida en obtener los medios para enseñar.
En alguna ocasión he escuchado decir a alguna autoridad que quieren que la Educación Vial sea una asignatura obligatoria, pero que primero hay que contar con los medios humanos, con conocimientos en la materia, y …¿nosotros qué somos material de desecho?. Los profesionales los tienen ya, así que ¿porqué no nos dotan con los medios necesarios y nos dejan hacer lo que sabemos y queremos hacer? Es posible que no fuera la solución definitiva pero sí sería dar un gran paso hacia delante.
Mientras tanto crucemos los dedos y esperemos que este fin de semana no quede ninguna familia más destrozada por la lacra de los accidentes de tráfico.
Bernardo Álvarez Muyño. ATESVAN.
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Enhorabuena por este magnifico artículo Bernardo,te animo a seguir mandando más.
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